Opinión

Irene León

Ecuador en la arquitectura del golpe neoliberal en América Latina

(Por Irene León) En la reconquista neoliberal de América Latina, Ecuador es un eslabón necesario, tanto para fracturar los proyectos regionales que empezaban a alterar las estructuras de poder hemisférico, como para poner en “su sitio” algunas dinámicas de poder y jerarquías que el propio proyecto de la Revolución Ciudadana llegó a trastocar.

Y es que la experiencia de cambio que vivió Ecuador entre 2007 y 2017, colocó varias iniciativas incompatibles con las rutinas de mando de los poderes capitalistas: unas relacionadas con el capital financiero, otras con las transnacionales, también con los monopolios comunicacionales e incluso con el intocable asunto de la defensa y la seguridad.

Son ejemplos: la propuesta de un instrumento internacional vinculante para regular el impacto de las transnacionales sobre los derechos humanos1; la auditoría de la deuda externa y de los Tratados Bilaterales de Inversión2; la adopción de una normativa para regular al capital financiero3; las propuestas para una nueva arquitectura financiera regional; el reconocimiento de la diversidad económica y productiva, que incluye la economía del cuidado4; el desarrollo de un sistema de defensa soberano; para mencionar algunos.

Pero también, Ecuador fue actuante en la movilización de pensamiento y acción que emergió en América Latina para encarar, con alternativas propias, la crisis estructural del capitalismo5. En ese contexto, el Socialismo del Buen Vivir6, pieza medular de la propuesta de cambio ecuatoriana, fecundó un horizonte de transformación integral, con fundamentos para forjar una verdadera alternativa civilizatoria, principalmente por proponer una organización societal centrada en la reproducción de la vida y no en la del capital. Mientras que, en un plazo más cercano, el país puso en marcha una agenda de soberanía y desneoliberalización, pautada por el fortalecimiento del Estado como el principal gestor del bien común y garante de la redistribución.

Por eso mismo, las respuestas de disciplinamiento esgrimidas por la ‘restauración conservadora’ no dejan ningún cabo suelto, más bien, como parte de una pauta de control de carácter sistémico, aplican una estrategia omnímoda, con mecanismos múltiples y heterogéneos, para instaurar el proyecto de las élites mundiales como inamovible y asegurar que los factores del poder financiero, militar, mercantil, comunicacional, transnacional y nacional retornen al control absoluto de los destinos de la región y por ende del país.

Esta vez incluso, para no correr riesgos delegando el poder del Estado a terceros, son los propios actores corporativos que, con estudiados modos, se colocan en la cúspide, para atender desde allí sus intereses particulares. Sus ahijados, nacionales y regionales, son accesorios y ‘transitorios’, como sucede en Ecuador desde mediados de 2017.

En las intervenciones restauradoras del neoliberalismo, es también invariable la preeminencia de estrategias comunicacionales, con técnicas insidiosas como la de la postverdad, que tienen una influencia completa, tanto por sus resultados en las esferas macrosociales, como por sus incisivos alcances en la persuasión individual.

Es gracias a esto último y al adoctrinamiento que resulta, por ejemplo, del despliegue repetitivo de las fake news7, que la restauración logra sostener las argucias que subyacen en la judicialización de la política o en los operativos ingeniados para sembrar el miedo como instrumento de control en la cotidianidad. Asimismo, las prácticas cotidianas de postverdad propician el convencimiento de que las cosas no son como se viven o como se ven y persuaden a cambiar de la adhesión y el reconocimiento a la reprobación e incluso al odio.

En el caso ecuatoriano, si bien predominan los ardides judiciales, fue primordial la reorientación de la política comunicacional, que durante el decenio de cambio fue un elemento definitorio en la disputa de sentidos sobre las orientaciones de la sociedad8. De hecho, la liquidación de la Ley Orgánica de Comunicación9 que, entre otros, propende a la redistribución de los recursos comunicacionales, fue uno de los argumentos explícitos para incitar al desmoronamiento de la Revolución Ciudadana.

De modo que, la estrategia para habilitar el retorno al neoliberalismo total se apoyó en el control de los espacios comunicacionales y, en sintonía con los abecés de guerra de cuarta generación10, abarcó también la impugnación de las políticas de soberanía tecnológica y la anulación de las instancias de regulación.

Un vuelco programático, económico y político

Con el regreso a la inercia de no tener una proyección histórica propia, Ecuador está afanado en incluirse en la ola de neoliberalismo radical –calificado por unos como tardío11- que busca imponerse en la región como un proyecto ineludible de sociedad. Se trata de un neoliberalismo riguroso y más autoritario que nunca, definido por las reformulaciones de poder de las élites, bajo una hegemonía absoluta del sector financiero y corporativo, con la singularidad de que para imperar en América Latina tiene que desmantelar las nuevas condiciones económicas, sociopolíticas, culturales y tecnológicas que resultan de los procesos de cambio recientes o en curso.

Así en Ecuador, con la finalidad de readecuar el país a este esquema -que luego de una experiencia de fracasos históricos sucesivos intentaba dejar atrás-, se puso en marcha el desmontaje de toda la institucionalidad del Estado, a través de una agresiva intervención en los cinco poderes y sus instituciones12, impuesta bajo el subterfugio de ‘luchar contra la corrupción’, ‘regresar a la democracia’, ‘re institucionalizar’ y otros.

El fortalecimiento del Estado y de lo público que fue elogiado, entre otros, por la dinamización económica que permitió la aplicación de sendas políticas redistributivas y de igualdad13, pasó a ser denostado, sancionado y hasta criminalizado, por considerarlo contrario a los intereses del sector privado, que vuelve a posicionarse como el actor hegemónico de la (des)organización del Estado.

Para apuntalar esta regresión, fue clave suplantar el horizonte del Socialismo del Buen Vivir14, que entraña un proyecto colectivo de cambios integrales, y reemplazarlo por una iniciativa individualista y asistencial que habla del patrocinio de la vida desde la concepción: el ‘Plan toda una vida’15, cuyo operativo ideológico vino acompañado del retorno a los sesgos históricos proverbiales: la dependencia, el asistencialismo y, más aún, el retorno a la obediencia al mundo corporativo y las Instituciones Financieras Internacionales, así como un alineamiento geopolítico con los Estados Unidos.

Así, con el apoyo de un imponente operativo comunicacional y con el leitmotiv de la ‘lucha contra la corrupción’, se apuntaló el giro programático, político y económico hacia la supremacía de un patrón de acumulación neoliberal, con hegemonía del sector corporativo privado, contrario a lo que el pueblo decidió, pues luego de una victoria electoral que refrendó la profundización del programa de la Revolución Ciudadana16 se ha cumplido lo contrario.

Indicios y escenas del golpe neoliberal

Aquí, saltándose el episodio de la caída de un gobierno, se puso directamente en escenario el derrumbe de un proyecto de cambio que, como resultado de un proceso de construcción sostenido, había logrado hegemonía en la sociedad y en las cinco Funciones (poderes) del Estado. Y es, justamente, la injerencia en esos cinco poderes e incluso en la misma Corte Constitucional17 la más poderosa señal de consunción de democracia.

Este operativo se hizo al amparo de un componente central del recetario de golpe blando18: la ‘apariencia de legalidad’, producida principalmente a través de una consulta popular19, que se realizó siempre con la muletilla de la ‘lucha contra la corrupción’ y obviando requisitos establecidos. De esto resultó también el alibi para la instauración de un suprapoder, conformado por unas autoridades ‘transitorias’ ad hoc20, dedicadas a destituir a todas las autoridades de todos los poderes, con el eufemismo de evaluar.

Peor aún, hasta el mismo partido victorioso, Alianza País, aportó con bizarras contribuciones para fomentar ese “clima de malestar en la sociedad, con destaque en las denuncias de corrupción, la promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores”, que son ingredientes básicos de la fórmula de golpe blando.

Operaron asimismo otras tácticas y dinámicas, como las que se expresaron en el poder legislativo, la Asamblea Nacional, donde el Movimiento Alianza País, hasta entonces impulsor del proyecto de la Revolución Ciudadana, protagonizó un autogolpe para cambiar la presidencia de la Asamblea21. Pero además, luego de que este movimiento alcanzó la conducción de la mayoría de instancias legislativas, sucumbió a las presiones de la minoría, se cambiaron camisetas y se confundieron mandatos, hasta que se consumó una fractura. Ahora, Alianza País se ha sumado a “una nueva mayoría” donde la derecha tiene la voz cantante.

Aquí, cabe evocar la definición de golpe blando del argentino Luis Bruschtein, para quien este consiste en “travestir a una minoría en mayoría, amplificar sus reclamos, crispar las controversias y enfrentamientos y desgastar a la verdadera mayoría que gobierna, hasta hacerla caer por medio de alguna farsa judicial…”22 o presiones diversas.

Con estas mismas características, se produjo el estallido de Alianza País, que se rompió hacia adentro. La principal fuerza política del país, mostró signos repentinos de debilitamiento interno, no resistió a la presión exterior e implosionó.

Cuando la dirigencia intentó volver a levantar su agenda programática ya se habían minado sus cimientos, principalmente porque se hizo evidente la suplantación del programa de la Revolución Ciudadana por aquel del neoliberalismo radical, con la connivencia del actual presidente, Lenin Moreno. A la vez que Moreno, con la implosión activada, no pudo disimular su apetencia por el caudal electoral que Alianza País representaba y se alzó con el movimiento, sus símbolos, su sede y parte de la militancia, dejando por fuera la agenda programática, sus principales fundadores y a su líder.

Gravitó también la erosión que produjo el anuncio temprano de la eventual dimisión de su fundador, Rafael Correa, quien abrumado por la traición programática, reveló la eventual creación de un nuevo movimiento –ahora Revolución Ciudadana- mismo que, como parte de las dinámicas de la restauración conservadora, aún sigue bregando por registrar su nombre y obtener una existencia legal.

Pero, si esta acción política autodestructiva socavó la capacidad de la mayor fuerza política nacional, también la estrategia mediático-política del sector corporativo y de una derecha ampliada, con aliados que se dicen de izquierda o de los movimientos sociales, aportó con las distorsiones argumentales indispensables para persuadir de que “pensar en clave de revolución es un error”. Bajo esa pauta, son denunciados como un error de A a Z, hasta los logros visibles y tangibles, tales como la educación y la salud pública y gratuita o la infraestructura energética y vial construida en el decenio de la Revolución Ciudadana.

Más aún, en la tentativa de anular el proyecto colectivo de cambio, las líneas argumentales de esa campaña mediático-política incluyen la substitución del concepto Revolución Ciudadana por el de ‘correísmo’ con minúsculas, de modo a circunscribir el asunto a una cuestión individual, de un presunto ‘liderazgo populista’ del expresidente Rafael Correa. Simultáneamente, se amparan bajo el neologismo de “descorreización” las más insospechadas procacidades, para justificar el giro hacia el neoliberalismo tardío como la única fórmula de bienestar y liberación.

Volviendo al recetario de golpe blando, especialmente a los 198 métodos para diversos escenarios, expuestos por Gene Sharp23, una pregunta se impone: ¿hubo golpe blando en Ecuador?

Si lo ocurrido desde 2017 en este país puede encajar en esa matriz, los indicios caracterizarían una nueva noción: la de golpe neoliberal y corporativo. En este caso dirigido contra la propuesta y el proceso de la Revolución Ciudadana, cuyo desmontaje opera de modo quirúrgico para extirpar cualquier aspiración de cambio estructural, ahora y hacia adelante.

Lawfare y duplicidades

Las tácticas para desbaratar los procesos de cambio o iniciativas progresistas, son análogas en todos los países latinoamericanos que apuntaron o persisten con esas propuestas, de modo que los síntomas de golpe neoliberal y corporativo que afectan a Ecuador, tienen que leerse en interrelación con la tentativa de los poderes fácticos globales de blindar cualquier aspiración anticapitalista o de soberanía en la región.

En la misma línea, justamente, debido a la crisis estructural del capitalismo, se expande su necesidad de dar una demostración de fuerza, para dejar sentada su pretensión de que las relaciones de poder instituidas a escala global son inamovibles.

En este contexto, la judicialización de la política, que se aúpa con la misma apariencia de legalidad con la que se encubrió el desmontaje de las instituciones del Estado, es el principal mecanismo activado para exorcizar el proceso de cambio y repeler cualquier aspiración socialista futura. A la vez, el uso tergiversado de los mecanismos de control, como pivote de la judicialización de la política, es el principal dispositivo para apuntalar actos persecutorios.

Bajo esos parámetros, son explícitos los propósitos de socavar la proyección de los liderazgos de la Revolución Ciudadana, especialmente el del expresidente, Rafael Correa, quien ejerce una inédita influencia en la política nacional, al punto que aun viviendo fuera del país sigue en el centro de toda argumentación política.

A la vez, mientras se busca inhibir la participación política del expresidente Correa, con un despliegue de ‘fake news’ y distintos montajes seudo legales, ya el vicepresidente electo, Jorge Glas, está encarcelado desde hace un año sin delito probado. Al tiempo que cúmulos de imputaciones, muchas veces sustentadas en un punto o una coma, quitan el sueño de cientos de revolucionarios ciudadanos que permanecen observados a la lupa por las fraguadas instancias ‘transitorias’ de control.

La agenda de la re-neoliberalización

Para contrarrestar la agenda de desneoliberalización que estaba abriéndose camino, está en marcha un plan de re-neoliberalización, que raudo y veloz se impone en todos los escenarios.

Así, una vez fracturada la institucionalidad y socavados hasta los mecanismos constitucionales, son los actores corporativos quienes se han autoproclamado como la principal fuente de poder, a la vez que son sus intereses el eje del organigrama del Estado. Destaca el predominio de los intereses del sector transnacional, mientras que entre los locales sobresalen instancias tales como la Federación de Cámaras Empresariales o la Asociación de Bancos Privados24, cuyas disposiciones zanjan los asuntos determinantes.

Esto implica también un alineamiento geopolítico y geoeconómico disociado de las potencialidades de articulación de la región y del Sur, y ciertamente desligado de la proyección de un mundo multicéntrico.

Desde esa alineación, se expresan altas expectativas por lograr reconocimientos en los escenarios acreditados por el mundo neoliberal, por ejemplo: una participación plena en la Alianza del Pacífico, una firma de Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y más aún el logro de ‘tantos acuerdos de libre comercio como sean posibles’.

A la vez, no obstante su alta proyección económica y socio histórica, fue relegada la perspectiva de una arquitectura de integración regional soberana, con hechos explícitos tales como el retiro del ALBA o la deserción a ser sede de la UNASUR ya planteada públicamente.

Pero, son aún más directos los mensajes de adhesión a los intereses corporativos, financieros y transnacionales. Es un ejemplo de destaque el caso de los Tratados Bilaterales de Inversión que, luego de haber sido suspendidos por los demostrados perjuicios que causaron al país25, no sólo fueron restituidos sino que se ha establecido nueva legislación para garantizarlos y, más aún, se ha elevado con el carácter de indeclinable el ejercicio de los tribunales de arbitraje26, conocidos por su interrelación con las transnacionales y el mundo corporativo en general.

Es más, en Ecuador se han cumplido por adelantado y con creces los conocidos condicionamientos de las Instituciones Financieras Internacionales, para que cuando llegue el turno de negociar cartas de intención y otros instrumentos similares, queden pruebas irrefutables de lealtad a los dogmas neoliberales. Así, como un gesto sugerente hacia estas instituciones, se obviarán en breve los mandatos constitucionales que regulan el endeudamiento externo.

Para completar este panorama, se reemplazó la estrategia de seguridad y defensa soberana por una alineada con la prospectiva y agenda hemisférica de Estados Unidos. Más aun, recientes acuerdos exhiben directamente, con estatus de agenda propia, la prioridad de ‘promover los intereses de seguridad de Estados Unidos’, como puntualiza el objetivo de la Oficina de Cooperación de Seguridad27, que ya se concretó con la presencia de un avión estadounidense de inteligencia, que signa el retorno simbólico de la Base de Manta, pero con otras formas y tecnologías28. Esto a pesar de que de verdad se trata de un país de paz, definido constitucionalmente como territorio de paz, libre de bases militares extranjeras.

Shock, defensiva y hechos consumados

En shock, por las emboscadas comunicacionales y políticas desplegadas por la restauración conservadora y como si fueran pocas las evidencias de que el golpe neoliberal es también contra ella, la resistencia de la Revolución Ciudadana ha privilegiado avanzar por los senderos formales, ciñéndose a procedimientos y protocolos que las instituciones ad hoc se rehúsan a respetar. Tal es el caso de la inscripción de su nuevo movimiento, Revolución Ciudadana, que a pesar de que cumple los requisitos, no ha sido ni será inscrito por el Consejo Nacional Electoral ad-hoc, en particular porque la estrategia del poder instaurado apunta a borrarlos del mapa político.

Por otro lado, en medio de fracturas, como también de una avalancha de propaganda neoliberal que hace alarde de la adhesión de ciertos actores de la ‘sociedad civil’ a las dinámicas de la restauración conservadora, apenas empiezan a resurgir muestras de una iniciativa popular proactiva, aún con rasgos defensivos, pero con potencial para convocar a un pueblo aún expectante a disputar nuevamente su horizonte de cambios históricos o, dadas las circunstancias, al menos a mostrar su resistencia a la re-neoliberalización .

Y, mientras se organiza esa estrategia proactiva, acorde con los tiempos que los procesos organizativos requieren, por su parte, según los tiempos de la restauración conservadora, que son los de un golpe de efecto proyectado desde una detallada prospectiva, ya están consumados múltiples objetivos capitalistas programáticos: el retorno al predominio del modelo de acumulación neoliberal; el regreso de la élites económicas al poder del Estado; la suplantación del poder del pueblo por aquel del corporativismo transnacional y nacional; la judicialización de la política y la persecución; la restitución de Estados Unidos como referente central y garante de la seguridad nacional y hemisférica; la inhibición de las aspiraciones de integración regional soberana y, sobre todo, el menoscabo de la institucionalidad del Estado y la conculcación de la democracia. En tales condiciones ¿Se podrá aún hablar de Estado de derecho en Ecuador?

Notas

1 Instrumento Jurídicamente Vinculante sobre Empresas Transnacionales y otras Empresas con Respecto a los Derechos Humanos (2016), propuesto en la ONU por Ecuador y Sudáfrica, se desarrolla a través de un Grupo de Trabajo presidido por Ecuador, los contenidos en debate incluyen la responsabilidad legal de las corporaciones y el acceso de las victimas a reparación y justicia, e incluso la eventual creación de una corte internacional sobre empresas transnacionales y derechos humanos. https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/HRCouncil/WGTransCorp/Session3/LegallyBindingInstrumentTNCs_OBEs_SP.pdf

2 La Auditoria Integral del Crédito Público (2008), realizada por el Estado ecuatoriano, es una iniciativa única en el mundo que, a más de poner a la vista que la deuda externa es más un instrumento de presión política que un instrumento financiero, evidenció sustentos para conceptualizar la ‘deuda ilegitima’ . https://www.cancilleria.gob.ec/wp-content/uploads/2014/08/Libro-CAIC_Espa%C3%B1ol.pdf Por su parte, la Auditoría Integral de los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones y del Sistema de Arbitraje en Materia de Inversiones (2017), arrojó información sobre el bajo nivel de inversión propiciada por estos instrumentos, mientras que por el contrario sirven a las corporaciones transnacionales para presionar al país; Ecuador denunció hasta 2017 a 25 TBIs. http://caitisa.org/index.php/home/enlaces-de-interes

3 Asamblea Nacional del Ecuador (2014), Código Orgánico Monetario y Financiero, Registro 322 http://www.pge.gob.ec/documents/Transparencia/antilavado/REGISTROOFICIAL332.pdf

4 Constitución de la República del Ecuador 2008, Título VI, Régimen de Desarrollo https://www.asambleanacional.gov.ec/documentos/constitucion_de_bolsillo.pdf

5 Una fuente obligatoria: Immanuel Wallerstein (2005), Crisis estructural del capitalismo, Ed. Contrahistorias, México

6 Magdalena LEON T. (2010) El Buen Vivir: objetivo y camino para otro modelo, in Sumak Kawsay/Buen Vivir y cambios civilizatorios, 2da Ed., Coord. Irene León, FEDAEPS, Quito, p. 105-123

7 Son las muy conocidas noticias falsas o ficticias, que se han posicionado ampliamente en todos los medios de comunicación con el objetivo de desinformar. Están muy vinculadas a las estrategias de guerra de cuarta generación o guerras hibridas. Renata MIELLI (2018), Fake News: A apología da verdade como instrumento de censura, ALAI https://www.alainet.org/es/node195209

8 Es un ejemplo la reorientación de los medios públicos que, con la apertura a alguna información contrahegemónica, habían instituido un cierto contrapeso frente a los medios privados que llegaron a ocupar alrededor del 91% del espectro. En las redes sociales y otras herramientas similares, se percibe la misma dinámica de poder, donde la estrategia comunicacional neoliberal marca la pauta de lo que se dice o se contradice.

9 República del Ecuador, Asamblea Nacional, Ley Orgánica de Comunicación, https://www.asambleanacional.gob.ec/es/system/files/ley_organica_comunicacion.pdf

10 Se define principalmente por el apelo a la movilización civil y el uso discursivo de las libertades y la democracia como motor para procurar el colapso de gobiernos que se oponen al estatus quo capitalista o al poder de los Estados Unidos, de modo a eludir la confrontación militar directa. Para esa movilización “…requieren de la combinación de estrategias en las que el control de los medios de comunicación, las redes informáticas tanto físicas: fibra óptica, cables, computadores y dispositivos electrónicos para el tráfico y generación de información, como las redes sociales como nueva herramienta de difusión, son objetivos claves…” https://elciervoherido.wordpress.com/2017/03/23/wikileaks-y-las-guerras-de-cuarta-generacion-enrique-amestoy/

11 García Delgado, Daniel R; Grandin, Agustina (2017) El Neoliberalismo tardío: teoría y práxis, FLACSO Argentina biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/flacso-ar/20171108040507/pdf_1575.pdf

12 La Constitución de la República del Ecuador (2008) define cinco Funciones (poderes) del Estado: Ejecutiva, Legislativa, Judicial, Electoral, y De Transparencia y Control Social.

13 SENPLADES (2014). Estrategia Nacional para la Igualdady la Erradicación de la Pobreza https://plataformacelac.org/politica/239

14 CNE (2013), Gobernar para profundizar el cambio, 35 País, Propuestas para el Socialismo del Buen Vivir, http://vototransparente.cne.gob.ec/apps/archivosvt/pt/0/00003_1.pdf

15 Secretaría Técnica del Plan Toda una Vida, Gobierno del Ecuador, https://www.todaunavida.gob.ec/valores-mision-vision/

16 35 Alianza País, Patria Altiva y Soberana, Programa de Gobierno 2017-2021 http://cne.gob.ec/images/d/2016/Elecciones_2017/Plan_de_Trabajo/Alianza%20Pais_lista%2035.pdf

17 El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, llamado de transitorio, luego de la destitución y reemplazo de todas las cabezas de todas las funciones del Estado (con excepción del presidente del Ejecutivo Sr. Moreno) y todas las autoridades de control, destituyó a los 9 jueces de la Corte Constitucional y la declaró en vacancia (agosto 2018). A su vez, las autoridades ‘transitorias’ destituidoras, resultaron de una interpretación voluntarista del órgano de una de las Funciones del Estado: el ‘Consejo de Participación Ciudadana y Control Social’, que fue paradójicamente creado en el proceso de la Revolución Ciudadana para asegurar, como su nombre lo indica, la participación popular en la gestión del Estado, con un mandato que incluye la selección meritocrática de las autoridades no electas.

18 Gene Sharp (2003), De la dictadura a la democracia: un sistema conceptual para la liberación, identifica como golpe de Estado blando, al uso de un conjunto de técnicas conspirativas no frontales y principalmente no violentas, con el fin de desestabilizar un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder. Para lograrlo establece 5 etapas, varias de ellas con un componente comunicacional, con 198 métodos que podrían aplicarse en múltiples escenarios. El politólogo estadounidense ha sido asociado a la CIA. Sharp, Gene (1973). Politics of Nonviolent Action: Part One : Power and Struggle. Extending Horizons Books. Sharp, Gene (2003). http://valoryprecio.com/images/Conciencia/Manual-resistencia-no-violenta-gene-sharp.pdf

19 Referéndum constitucional y consulta popular, febrero 4 de 2018, fue convocado principalmente para propiciar enmiendas constitucionales tales como la de ‘restructurar’ el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y habilitarlo para “evaluar” a todas las autoridades; derogar la Ley Orgánica para Evitar la Especulación sobre el Valor de la Tierra y Especulación de Tributos; y otros 5 tópicos diversos.

20 Idem17

21 En marzo 2018, luego de un juicio político, por una grabación imputada a una presunta conspiración contra el Fiscal, se destituyó al presidente, José Serrano (Alianza País) y por moción del derechista CREO-SUMA se posesionó a Elizabeth Cabezas (Alianza País), con la ausencia del bloque de Revolución Ciudadana.

22 Luis Bruschtein, Golpe Blando, Página 12, Argentina, 15 marzo 2014 https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-241870-2014-03-15.html

23 Ídem 15

24 Aduciendo la necesidad de una “reconciliación” nacional, Lenin Moreno invitó a unos diálogos a ciertos actores de la oposición a la Revolución Ciudadana. Las primeras fueron unas reuniones programáticas con la Banca Privada y con la Federación de Cámaras Empresariales, en agosto 2017.

25 Ídem. 2

26 Asamblea Nacional del Ecuador (2018), Ley Orgánica para el Fomento productivo, atracción de inversiones, generación de empleo y estabilidad y equilibro fiscal, Registro Oficial No 309, Sección Tercera. https://www.asambleanacional.gob.ec/es/leyes-aprobadas

27 Mario Ramos, Solo tres, cuatro días vendrá el avión de inteligencia, ALAI, 06/08/2018 https://www.alainet.org/es/articulo/194523

28 Martín Pastor, Base de Manta 2.0: la renovada presencia militar de EE.UU. en Ecuador, ALAI, 03/09/2018, https://www.alainet.org/es/articulo/195074

  • Socióloga ecuatoriana

(*) Fuente: Alainet

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