Opinión

Por Héctor Sosa

La apuesta de Cambiemos a la mentira permanente va quedando desnuda día a día

"Ahí radica el verdadero poder de los medios masivos: son capaces de redefinir la normalidad", Medved, Michae.

(Por Héctor Sosa) Redefinir la normalidad, eso es lo que el gobierno derechista de Cambiemos ha intentado en estos 25 meses. No ha tenido pocos aliados: la casi totalidad de los medios, el poder financiero, los grupos concentrados del campo, las 20 corporaciones multinacionales más importantes del país, el alineamiento de las fuerzas represivas, el silencio cómplice o apoyo concreto del triunvirato de la CGT y parte del PJ, apoyo de Israel y los Estados Unidos y una sociedad que recién ahora, y muy lentamente, va saliendo de una profunda "nausea de olvidos". Para ser justos: no son todos los habitantes del país, pero los suficientes para acompañar un estadio virtual/real, que lentamente pareciera comenzar a romperse.

¿Por qué?

1) Las medidas económicas han atravesado las capas sociales medias, medias bajas y bajas.

2) Tocó en el centro del votante PRO, especialmente luego de los comicios de octubre 2017, que ya parecen haberse realizado hace un siglo. En la sociedad del apuro y el vértigo las buenas noticias duran poco.

3) Hace meses que el "comunicador en jefe", Jaime Durán Barba no encuentra el relato para un contexto como el actual. Y hasta ahora hay una indicación que el gobierno cumple al pie de la letra: no aparecer, correrse de los conflictos, preservar a María Eugenia Vidal y a Macri. Michetti a Israel. Y que los males parezcan que son fenómenos invisibles.

4) No le basta. Pero amortigua golpes. No le basta especialmente luego de algunas medidas altamente antipopulares, como ser:

a) Reforma Previsional.

b) Represión continua.

c) Despidos en todo el país.

d) Saber que se viene un profundo ajuste a los trabajadores, superior al que fueron víctimas hasta ahora.

e) Quitar beneficios sociales a discapacitados, embarazadas, veteranos de Malvinas y planes para grupos familiares de bajos recursos.

f) Abrir las importaciones.

g) Cierre de más de 4.500 PYMES.

h) 100.000 despidos y suspensiones.

i) Lavado de dinero de los funcionarios.

j) Despidos de 4.500 comunicadores sociales.

k) Cierre de medios y censura.

l) Abandono total al submarino Ara San Juan.

ll) Dejar libre a represores emblemáticos de la dictadura militar.

m) Atacar a todos los organismos del Estado con despidos, suspensiones, baja de salarios.

n) Despidos en todos los medios públicos.

Y varias más, a la brújula del gobierno le entró agua, y gira sin rumbo.

¿Son muchos frentes no? ¿La construcción de la mentira le ganará al bolsillo? ¿O la economía diaria de la gente común y la que se rige por las ganancias ya irrumpieron en forma de pinza sobre un gobierno bastante desconcertado? ¿Es poco que cerca de 19 millones de personas se informen a través de las redes de aquello que no muestran las corporaciones mediáticas?

Algo se rompió entre el relato de lo que dice el gobierno, y lo sentido -ahora sí- por una mayoría abrumadora: de acuerdo con las últimas encuestas publicadas en los diarios La Nación y Clarín el 80% de los argentinos no está de acuerdo con el rumbo del gobierno y Macri ya dejó en el camino 25% puntos de su imagen positiva. Ahora su aprobación es del 35 %, le quedó el "grupo duro", como en el 2015.

Mucho trabajo para Durán Barba, más para los trolls, que perdieron la batalla en las redes, y sin dudarlo: para quienes buscan ser una alternativa al neoliberalismo. El gobierno no dará marcha atrás. Tampoco dejará su punción a la mentira: juego abierto para todos y todas.

(*) Editor de Motor Económico, Motor De Ideas y La Nave. Docente en Comunicación.

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