Por Paula Español
La falacia del empleo
(Por Paula Español) Hace meses que, entre los innumerables “brotes verdes” difundidos por el gobierno nacional, escuchamos una y otra vez que Argentina volvió a crear empleo como señal de la recuperación económica. Detrás de esta mirada distorsionada de los datos oficiales, se busca ocultar un proceso de deterioro en el mercado laboral que no muestra signos de reversión, sino todo lo contrario. Si bien es cierto que a partir de septiembre de 2016 se detuvo la destrucción de empleo registrado que se inició con la actual gestión de gobierno, vale la pena detenerse en el tipo de ocupación y en los sectores que recuperan/destruyen puestos de trabajo.
Por un lado, de los 125.000 empleos registrados generados en el período septiembre 2016-mayo 2017, 106 mil corresponden a nuevos monotributistas inscriptos (medidos sin estacionalidad en mayo 2017, último dato publicado por el Ministerio de Trabajo). Asalariados de casas particulares y empleados públicos completan este crecimiento, frente a una reducción de más de 45 mil puestos asalariados en el sector privado. Es decir, se pierden trabajos en relación de dependencia generados por las empresas privadas y gana terreno el monotributo, que es una forma de registro tributario y no un tipo de contratación laboral y que, por lo tanto, no goza de derechos como las vacaciones pagas, horas extras, licencia por enfermedad, entre otros.
Por otro lado, la destrucción de puestos de trabajo asalariados privados tiene su principal explicación en la delicada situación que vive la industria manufacturera, que lleva 16 meses de sangría constante de trabajadores en sus fábricas y acumula una reducción de 58 mil empleos registrados. Este cuadro no es más que la contracara de un mercado interno que no muestra signos consolidados de recuperación, combinado con una fuerte penetración importadora en los más diversos sectores productivos. En efecto, se observa una mala performance del sector industrial en el último año y medio, al margen del (heterogéneo) efecto rebote de los últimos meses -traccionado principalmente por las ramas vinculadas al agro y la construcción.
Incluso la reciente recuperación de la obra pública, que permitió una cierta recomposición del empleo en la construcción, no logra recobrar el terreno perdido el año pasado: en mayo de 2017, el saldo de puestos de trabajo es negativo (-11.000) en comparación con noviembre de 2015. Estos casi 70.000 trabajadores menos registrados de la industria manufacturera y la construcción opacan bastante los 3.700 trabajadores incorporados por la actividad agropecuaria, el gran ganador del nuevo modelo económico.
Este pobre desempeño en el mercado laboral registrado se ve reflejado en las cifras agregadas de desempleo publicadas tanto por el Indec como por la Dirección de Estadísticas de CABA. Este último permite analizar la evolución de la tasa de desempleo en el tiempo –escapando a los debates metodológicos cuando se comparan diversas fuentes–. La tasa de desocupación en la localidad más rica del país creció a lo largo de 2016, y en el primer trimestre de 2017 alcanzó al 9,4 por ciento (1,6 puntos porcentuales por encima del mismo período del año anterior). Asimismo, el último dato publicado por el Indec marca una tasa del 9,2 por ciento de desempleados para el primer trimestre de 2017, con picos de 11,8 en el Gran Buenos Aires, 10,4 en Mar del Plata y 10,3 en Rosario.
La generación de empleo de calidad en nuestro país no se resuelve con la multiplicación de emprendedores individuales. Como muestran las estadísticas de la economía mundial, los países más desarrollados exhiben elevados niveles de trabajadores en relación de dependencia –muchos entre el 85 y el 95 por ciento del total empleado– y lo contrario sucede en aquellos de menor desarrollo relativo. Por lo tanto, la generación de empleo requiere la implementación de modelo productivo integral que fortalezca las relaciones en el mercado de trabajo, muy lejos de los planteos de flexibilización laboral que se escuchan con más fuerza en los últimos tiempos.
- Directora de Radar Consultora. Ex subsecretaria de Comercio Exterior.
(*) Fuente: Página 12
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