Opinión

Antonio Muñiz

Todos estamos en peligro

“Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada”

(Edmund Burke)

“Justicia, justicia perseguirás para que puedas vivir y heredar la tierra”

(Deuteronomio 16.20)

(Por Antonio Muñiz (Especial para Motor Económico)) Los tragicómicos incidentes que llevaron al papelón de la suspensión del partido River - Boca, el próximo G20 y el silencio mediático de una prensa canalla han ocultado la muerte en manos de la policía de dos trabajadores, Rodolfo Orellana en La Matanza y Marcos Soria en Córdoba. Con una diferencia de 48, la represión policial se llevó dos vidas, por el solo hecho de protestar y defender sus derechos.

Poco a poco la lógica macrista de meter palos y balas a la protesta va logrando sus objetivos. Los muertos son funcionales a una lógica represiva del macrismo, meter miedo en las filas populares a fin de controlar la protesta social. Poco a poco la doctrina Chocobar, planteada por Bulrich, disparar primero y si es por la espalda mejor, adquiere nuevos adeptos en las fuerzas de seguridad.

Hay que entender, y lo vemos diariamente, que las fuerzas de seguridad en Argentina son poco profesionales, mal preparadas, incapaces de manejar situaciones de violencia individual o grupal sino es con la utilización de la violencia y la represión. Conceptos básicos como la prevención, la persuasión y el diálogo carecen de significado para estas fuerzas.

Para agravar, los mensajes de la conducción política de las fuerzas son alentar la represión y la violencia, lo cual está complicando más la situación. Estamos ante fuerzas autónomas que carecen de criterio para manejar situaciones de conflicto.

No es nuevo, desde el comienzo del gobierno macrista y ante su fracaso político, económico y el malestar social que crece, la respuesta es la violencia. La derecha argentina va a meter balas para defender sus negocios.

Desde el comienzo de la gestión de Macri, con su Ministra de Seguridad Bulrich y sus políticas de mano dura, le han costado la vida a Santiago Maldonado y a Rafael Nahuel, en manos de la Gendarmería y la Prefectura en el Sur mandadas por el Gobierno Nacional a reprimir una supuesta guerrilla mapuche, que solo existía en los sueños etílicos de la ministra pero que es funcional para despojar a esa comunidad de sus tierras, para luego entregarla a precios viles a terratenientes de la zona.

La persecución a la comunidad sirio libanesa, de centenaria radicación en la Argentina, a través de allanamientos e investigaciones buscando una célula de Herbolad o Al Qaeda, llevó a dos jóvenes argentinos a la carcel por una denuncia anónima, otros detenidos por twitear consignas anti macri, o los detenidos y procesados, capturados al voleo por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones populares, etc, hablan del delirio de esta Gobierno, pero también de su peligrosidad.

Podemos seguir enumerando otros casos menos conocidos de gatillo fácil en la Provincia de Buenos Aires, la muerte de presos en comisarías o las situaciones de cautiverio inhumana en las cárceles denunciada hasta por la Iglesia católica.

La persecución de dirigentes políticos y sociales, mediante la intimidación por parte de la Justicia, convertida en un órgano de represión del gobierno.

La prisión lisa y llana, con causas inventadas, sin el derecho a la legítima defensa, con un abuso de las prisiones preventivas, son una manera de amordazar, intimidar y callar a parte de la dirigencia política y gremial opositora,

Milagro Sala, Amado Boudou, Fernando Esteche, Julio De Vido, son solo algunos ejemplos.

También es bochornosa la prisiones de dueños de medios como C5N, Cristóbal López y Fabián de Sousa, o Gerardo Ferreyra, de Radio del Plata, al solo efecto de intimidar al resto, silenciar medios opositores, y desguazarlos después, en beneficio de Clarín y sus medios amigos.

Es preocupante el juego perverso judicial mediático contra la figura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tal como una espada de Damocles que hacen jugar contra su persona o contra sus hijos, para neutralizarla y si es necesario encarcelarla, si tiene posibilidades de ser candidata y ganar las elecciones del 2019. La situación brasileña de la prisión de Lula para sacarlo del juego electoral puede ocurrir también en Argentina.

El aparato judicial argentino cooptado por el Gobierno y los servicios de información se han convertido en cómplices y actores necesarios, por que avalan por acción u omisión todos estos crímenes, para tapar, no investigar, dejar que el tiempo pase y la verdad no salga a la luz.

En la misma dirección, los grandes medios con Clarín, TN y Canal 13 a la cabeza van moldeando un “sentido común” que naturaliza estos hechos, los tergiversa y enmaraña, como pudo verse en la lamentable cobertura del caso Maldonado, o silenciándolo para que se borre de la memoria colectiva.

Lo grave es la perdida de libertad general, todos podemos ser víctimas de esta locura represiva.

La situación económica, política y social está desmadrándose ante la impericia, pero también la voracidad de un grupo de Ceos que pretenden apropiarse de la riqueza de todos los argentinos. Este saqueo va a tener un límite porque la protesta en las calles irá escalando y es de temer que esta lógica de represión también lo haga a límites incontrolados.

Mas grave aún, es la naturalización de la situación, el silencio cómplice de la dirigencia opositora, el tabique informativo de éste y otros temas por parte de una prensa corrupta, comprada por las pautas o el miedo, la aprobación de una parte de población que añora las políticas represivas del pasado y la pasividad del resto de la sociedad que no reacciona.

  • Presidente del PJ Luján

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