Política nacional

Por TavoCibreiro / Integrante de Mueve Latinoamérica y fundador de Ucaya

Guernica nunca más

*( Por TavoCibreiro especial para Motor Económico ) Vivir en una casa digna es un derecho humano inalienable para todos y todas, sin excepción alguna. No importa cuando leas esto. Así fue, es y será siempre, más allá de los escasos resultados obtenidos. Obviamente, falta y mucho. No obstante, un país empático, valiente y “tomado” par la justica social aún es posible. Entonces, al conocer el diagnóstico casi de memoria, sólo resta tomar la decisión y despojarnos de la hipocresía clasista que nos somete, nos llena de prejuicios y, al mismo tiempo, nos aturde con sus constantes excusas.

Más temprano que tarde, la sociedad deberá repensar su concepto de propiedad privada y animarse a desarrollar paradigmas disruptivos no perecederos, capaces de madurar de abajo hacia arriba y no exactamente al revés, como ahora. Aunque la narrativa capitalista intente sostener otra cosa, el derrame nunca llega y la brecha entre ricos y pobres no para de crecer. Para el bien común, ¿Mucho en manos de pocos, sirve? La obvia respuesta es tironeada constantemente por los dueños facticos del planeta. Allí es donde la hegemonía destina sus máximos esfuerzos. Cómo nos enseñó Gramsci, se siembra en la cultura para cosechar en la economía. Esa invisible faena se logra utilizando los medios masivos de comunicación, los planes de estudio y, entre otras herramientas, la industria de entretenimiento.

¿Por qué nunca hablamos de ese 1 % de la población que se queda con el 50 %, o más, de la torta? ¿Por qué? Sin embargo, nos impacienta la moral de un diputado o la cuenta bancaria de una senadora. ¿Qué pasa ahí?

Por estos días, la ocupación física dejó de ser el fetiche de las corporaciones trasnacionales y atrasa. Su lugar fue ocupado por la cabeza y los sentidos de las personas comunes o de a pie como decimos en el barrio. Es más barato, efectivo y sutil, por donde lo mires, cierra. Y allí están hace rato.

Durante la tragedia de Guernica, los medios utilizados por la hegemonía exacerbaron sus intereses al límite. Antes y después de la horrible decisión de desalojar el predio, la seguridad jurídica se transformó en relato puro, uniforme y aparentemente aséptico. Como resultante de esa manipulación, asistida por las empresas mediáticas en el dialogo social, la justificación del accionar policial se volvió asintomática y peligrosa. A partir de ello, la justicia clasista, y su habitual represión contra los y las débiles, encontró su desahogo redentor en el confundido poder político.

Por otro lado, en el ámbito de la comunicación comercial, no hubo lugar para exhibir otra solución o análisis, tampoco para la información. Todo fue subjetividad, pasividad receptora y restituciónmoral del sentido común dominante. Nada más.


Los supuestos analistas objetivos e independientes que pedían rigor y castigo a gritos, después del primer disparo, regresaron camaleónicamente a sus discursos repletos de moralina berreta y superficial, sin ponerse colorados y con una asombrosa velocidad que sorprendió a propios y extraños en aquella triste mañana en nuestro país. *

TavoCibreiro. Comunicador popular. Periodista. Integrante de Mueve Latinoamérica y fundador de Ucaya y FM Fribuay 90.7.

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