Política nacional

#MotorDomingo Por Tavo Cibreiro*

La prensa hegemónica esconde al poder económico de la discusión social

( Por Tavo Cibreiro* ) El periodismo is dead ( esta muerto ) . Por supuesto, nadie se atreve a confirmar la triste noticia. Sin embargo, en los barrios de la aldea global se habla, y mucho, del artificial final. En un mundo cada vez más líquido, donde los intereses económicos van y vienen sin control ni compromiso alguno, las empresas periodistas hallaron en la administración de la información digital, y en la regulación de su velocidad de propagación, otra hendija para atentar contra la sociedad y sus intereses comunes, potenciando los propios y exacerbando el individualismo social, cultural y, desde ya, económico. La nueva configuración informativa modificó prácticas, usos y consumos para siempre. Por supuesto, todo sucedió rápido y sin previo aviso. “Es perfectamente lógico. La experiencia universal de sufrir un gran shock, se resume en el sentimiento de absoluto desamparo. Frente a fuerzas desconocidas y de incalculable potencia, los padres son incapaces de defender o salvar a sus hijos, los cónyuges se pierden uno al otro, y los hogares, el lugar de protección por antonomasia, se convierten en trampas mortales”, asegura Noemí Klein en La doctrina del Shock.

Claramente, la industria de la información conoce esa teoría, la pone en práctica y la potencia, buscando intervenir la realidad a favor de sus propios intereses y de aquellos que también representa. En la actualidad, sin dudas, la utilización de la comunicación como herramienta política está por encima de la búsqueda del rédito económico. El tratamiento de los Panamá y Pandora Papers es, dentro de los miles posibles, un claro ejemplo de ello, tanto en el mundo como en la Argentina en particular.

Según los documentos, a nivel mundial, el 0,5 % de quienes evaden offshore son políticos, el 30 % se relaciona con el tráfico de armas, drogas, etc y el 65 restante son empresas o, en su defecto, sus dueños o dueñas. No obstante, en la primera plana de los diarios sólo aparecen los y las políticas reconocidas. Pocas veces, por no decir nunca, se menciona enérgicamente a una empresa o empresario.

Tampoco se resalta que Argentina, siendo la economía número 40, esté tercera en cantidad de cuentas lavadoras a escala global. Cómo puede ser que un país inviable – como sentencian – pueda estar por encima de las grandes potencias en esta lista? Resulta asombroso, entonces, como la prensa hegemónica resguarda de la condena social al sector económico y, al mismo tiempo, ofrece al político como carnada para orientar la molestia general. Algo similar ocurre con la inflación.

La mayoría de los productos de la canasta básica han aumentado, según el caso, hasta un 40 % más de la inflación anualizada, pero los periodistas siguen mencionando la emisión monetaria como única casusa posible del proceso. Según Gramsci, primero se gana la batalla cultural para luego triunfar en la económica.

Tal vez hoy, en nuestro país, esa teoría está más fuerte que nunca. En otras palabras, el razonamiento corporativo ha monopolizado el desarrollo de las industrias culturales y del régimen mediático en particular, relegando contenidos, miradas y potenciando la concentración en todas sus formas. En consecuencia, el estado debe romper esa inercia comprobada y visualizar alternativas realizables. Fortalecer la comunicación anti hegemónica es la opción correcta, en desmedro de nadie y a favor de todos y todas. Aún estamos a tiempo, hagamoslo!

*Tavo Cibreiro. Comunicador popular. Periodista. Integrante de Mueve Argentina y Ucaya / Encargado de la sección medios/ sociedad en Motor Económico

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