“Tierra, techo y trabajo es una revolución universal”
(Por Estefanía Cendón) El seminario "La Seguridad es Social y se garantiza con trabajo", iniciativa impulsada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y el Instituto para el Modelo Argentino (IMA), concretó su segundo encuentro el miércoles 30 de septiembre. El ciclo avanza desde la instancia de diagnóstico hacia la elaboración de propuestas concretas en relación a un nuevo proyecto de país. El campo popular emerge como protagonista de la transformación productiva y sustentable que Argentina requiere, con un Estado presente que articula y planifica en torno al trabajo como organizador social.
El anteúltimo encuentro del seminario auspiciado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (FSOC) y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) abordó la región NEA. Las unidades productivas coordinadas por el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) en Formosa permitieron poner en contexto gran parte de lo que se expuso en las distintas intervenciones que plantearon una reconfiguración productiva con centralidad en los trabajadores, respetuosa del ambiente y los saberes populares.
Desde las propuestas abordadas se mencionó la necesidad de ratificar la línea histórica y las formas de organización características del peronismo, con la articulación estratégica de los trabajadores, las organizaciones sociales, cooperativas y el sector PYME. Asimismo, la creación de trabajo encauzada desde los movimientos populares fue definida como “revolucionaria y universal”, lo que impone el desafío de avanzar en la formalización de la economía popular para romper con los “techos de cristal” que impiden la correcta valoración de este sector.
¿Es posible generar desde la economía popular un nuevo paradigma para la inclusión social? ¿Cómo se garantizan los derechos de las mayorías excluídas? ¿Cómo debería ser la seguridad social en la post pandemia? Las respuestas a estos interrogantes en esta cobertura especial de Motor Económico.
En clave de “trabajo”
José Luis Di Lorenzo, presidente del IMA, inició el encuentro con un diagnóstico actual y los desafíos a considerar en un nuevo proyecto de país financiado por el trabajo y la riqueza incorporada. “El enemigo del trabajo y el trabajador es el modelo especulativo que se intentó imponer a sangre y fuego. Ante este panorama, la idea es hablar de cómo proyectar el futuro: todo proyecto nacional libera y moviliza reservas, población y recursos naturales hasta ese momento sin usos marginados o conflictivos. Para que sea posible una nueva historia se requieren nuevos personajes que ingresen a la escena”, expresó.
En su análisis el director académico del seminario incorporó la perspectiva teológica y cultural destacando al trabajo como un factor central. “El Papa Francisco pidió un salario universal y colocó a los movimientos sociales a pensar una nueva forma de organización. Nos llamó a superar miradas estadocéntricas y mercadocéntricas. La idea de este seminario es escuchar los saberes populares y pensar geopolíticamente, plantear la relocalización productiva asumiendo que la opción preferencial por los pobres no es retórica, ya que existe una enorme desigualdad en el mundo y en nuestro país”, concluyó.
Economía Popular: saberes que anticipan la reforma productiva
Gildo Onorato retomó el contexto de financierización de la economía como escenario ante el cual los diversos sectores que componen la Economía Popular lograron organizarse socialmente en torno al trabajo. “Estos trabajadores inventaron su propio trabajo, autogestionado, con una perspectiva de poner al hombre y la mujer en el centro. ¿Cómo interpretamos hoy la idea del pleno empleo, la igualdad del mundo del trabajo? La economía popular evita el descarte y la eutanasia social para aquellos que quedan fuera”, destacó el dirigente de la UTEP.
Onoratto puso en relevancia a los trabajadores de la economía popular como parte de una necesaria transformación productiva: "El RENATEP, en menos de dos meses, está llegando a 1.000.000 de registrados que buscan que su trabajo sea reconocido. El 58% de las actividades que incluye la economía popular la realizan mujeres a las que se les debe reconocer la igualdad como trabajadoras, así como sus derechos. Se necesita una profunda reforma productiva con cuidado ambiental y tanto la economía popular como los movimientos populares somos parte de ese cuidado de la casa común y nuestra especie”.
Natalia Abreu, coordinadora del sector productivo del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), aportó su testimonio acerca de las unidades productivas desarrolladas en Formosa que logran concretar el concepto de producción sustentable: “Ochenta personas trabajan a diario en la producción de hojas y hierbas medicinales que son comercializadas en la ciudad. La huerta cuenta con una extensión de 2 hectáreas en las que se desarrollan las actividades a partir de dos turnos diarios. Además contamos con dos capacitaciones mensuales que reciben los trabajadores acerca de cómo llevar adelante la producción orgánica. Esa información y conocimientos que reciben los replican, luego, en sus barrios, con sus vecinos”.
El tipo de producción que detalla Abreu conserva mucho de aquellos saberes populares, mencionados por Di Lorenzo, que hacen al cuidado de la “casa común”. “Contamos con cuatro huertas más de las cuales tres funcionan en un barrio de pueblos originarios en Formosa. Son unidades productivas que se utilizan para consumo propio del movimiento y los comedores en funcionamiento. También tenemos otras unidades dedicadas a la elaboración de masas finas, pastafrolas y alfajores con venta en los almacenes de la proximidad. A esto se suma quienes realizan trabajos artesanales con palets y, el próximo lanzamiento, una pequeña producción con frutas regionales, como el mamón”, enumeró.
Resignificar el pasado, conquistar el futuro
El dirigente del Sindicato de Obreros Curtidores, Walter Correa, hizo hincapié en la importancia de ratificar la línea histórica y las formas de organización características del peronismo. “Hoy supimos recuperar un gobierno nacional, popular y peronista después de cuatro años de resistencia a la ofensiva del macrismo. Ratifico ese Estado de Perón y Evita que planificaba, articulaba y coronó sus logros con la Constitución de 1949 que habla del artículo 14 bis y del uso social de la tierra. Siguiendo esta línea histórica llegaron Néstor y Cristina y el Estado también fue articulador y planificador: se generaron 6.000.000 de nuevos puestos de trabajo”
“Cuando asumió Néstor en la fábrica los trabajadores industriales nos peleábamos por el bicicletero, cuando se fue Cristina nos peleábamos por la playa de estacionamiento. Hoy entendemos que el mundo no está produciendo lo usual y aún así funciona. La configuración industrial actual no nos deja otro camino que la articulación estratégica entre los sectores de las pymes, cooperativas, laborales. El Papa nos plantea cómo reconfigurar un mundo con la centralidad de la trabajadores y trabajadoras y debemos ser parte de ese Estado”, enfatizó Correa.
Leo Bilanski, presidente de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), centró su exposición en el pasado más reciente para detallar por qué es difícil abordar en la actualidad los desafíos que tenemos como nación. “El proceso de crecimiento con inclusión social, liderado por Cristina Kirchner y Néstor, fue sustentable política y económicamente, aunque ciertos objetivos quedaron inconclusos. Luego llegó la ‘pandemia amarilla’ entre 2015 y 2019 destruyó 25.000 pymes y 250.000 puestos de trabajo. Hoy la pandemia por el coronavirus se llevó 30.000 pymes y agrede el proyecto de desarrollo nacional”.
Ante este panorama, Bilanski aseguró que los actores capaces de dar la disputa y transformar el mercado son los trabajadores y empresarios. “Las corporaciones disfrutan el sol del capitalismo mientras lo demás es la economía del descarte. Como empresarios nacionales proponemos pasar a la etapa del desafío desde el sector productivo: nacionalizar el capital productivo, la reglamentación del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, desmonopolizar el mercado y reglamentar la Ley de góndolas, crear nuevas pymes que formalicen nuevos puestos de trabajo y generar un Ministerio de la Economía Popular, las Pymes y las Cooperativas”.
Revolución desde los sectores populares
Humberto Podetti, coordinador de la Diplomatura Laudato Si’, afirmó: “No hay posibilidad de un proyecto nacional si pretendemos ser los argentinos solos. Las organizaciones de trabajadores y otras organizaciones sociales que asuman carácter latinoamericano serán las que exijan a nuestros gobiernos obrar juntos en el mundo. La pandemia permitió que todos tengamos conciencia de la gravedad de la situación: sólo desde el trabajo se puede transformar Argentina, América y el mundo”
Para Podetti los movimientos populares, cuidadores de la “Casa Común”, son los que concientizan al mundo: “Tierra, techo y trabajo es una revolución universal. La creación de trabajo que se está haciendo en el seno de los movimientos populares es un proceso revolucionario. La organización de esos trabajadores, su regulación y reconocimiento en el orden jurídico y la unión junto a los trabajadores de la economía formal, la economía de mercado y pública en una sola organización latinoamericana es el instrumento para llevar a cabo los proyectos que tenemos entre manos".
El director Nacional de Economía Social y Desarrollo Local, Pablo Chena, también considera a los sectores populares como sujetos protagonistas de la transformación. "Efectivamente la pandemia marcó un final crítico al sistema social neoliberal independientemente de que el sistema de captación, de dominación, está intacto. La desigualdad es un concepto social y para eliminar una desigualdad hay que establecer nuevos mecanismos de equivalencia. La manera de generar una cadena de equivalencias diferente es el trabajo y el esfuerzo”, consignó.
¿Cómo se construye esa alternativa una vez definidos los actores que dinamizan las transformaciones? “La seguridad social es un nuevo mecanismo para incorporar a estos trabajadores de la economía popular que crearon sus propios empleos. Esto hay que insertarlo en instituciones y romper los techos de cristal de los sectores populares cuyo esfuerzo no se valora. La resistencia es crear una alternativa: tenemos que pensar la planificación productiva, la formalización de la economía popular para planificar, lo mismo sucede al avanzar en mecanismos de formalización pro PYME. La planificación y el crédito son necesarios”, puntualizó el director académico del seminario.
Nuevo paradigma para la inclusión social
Para el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, la pandemia puso al descubierto tres cuestiones: la informalidad laboral, la laxitud del financiamiento del sistema de seguridad social a nivel mundial y la precariedad de los sistemas sanitarios. “Estos tres elementos generan un serio problema de financiamiento en el sistema de seguridad social para resolver el problema de la distribución asimétrica de ingresos. A esto se suma la precarización de carácter estructural del sistema sanitario, motivos por los que la pandemia afectó con fuerza a los más pobres, los más excluídos”, argumentó.
Capitanich destaca que a diferencia de 2001 y 2002 hoy contamos con un sistema de seguridad social más extendido, que brinda cobertura a 21 millones de personas, y un Estado presente. “No obstante, a pesar de que se está haciendo un gran esfuerzo, aún resulta insuficiente esa capacidad de financiamiento debido a la restricción externa. Tenemos que generar las condiciones para que el sistema de seguridad social se fortalezca a partir del empleo de carácter formal. Ahí es donde entra la economía popular que debe tener una representación dentro del sistema de seguridad social”, reflexionó.
El ex jefe de Gabinete definió como un desafío lograr que “con la economía popular haya un nuevo paradigma para la inclusión social”. Para alcanzar ese objetivo propuso: “Desarrollemos a través de la economía popular un sistema de seguridad social más fuerte, a través de un régimen de corresponsabilidad gremial que nos permita garantizar los derechos de estas mayorías excluidas”.
¿Cómo debe ser la seguridad social en la post pandemia?
Hacia el cierre del encuentro el panel de expositores esbozó algunas conclusiones generales. Entre los conceptos más resonantes se puso el foco en la planificación, la recomposición de las instituciones existentes, la creación de las instituciones que se necesitan a futuro para el desarrollo, no el subdesarrollo, y el ensamblaje entre los sectores del trabajo.
Organización y participación popular directa en el Estado son elementos a destacar. Asimismo, la toma de decisiones trascendentales como desmonopolizar, formalizar a los trabajadores y la creación de salario digno. “La economía popular es la economía del futuro, no es un periodo transitorio o un parche. La seguridad social debe estar en manos del nuevo Estado, que emerja de la post pandemia, con una fuerte participación de la organización de los trabajadores”, aseguró Podetti.
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