Sociedad

Por Laura Iturbide

Duerme, duerme, negrito

Una canción para dormir bebés nos grafica las desigualdades étnicas en un continente que padeció la conquista, que sufre aún la colonialidad y como veremos también, visibiliza las desigualdades de género en trabajo y cuidados. Los movimientos feministas y las distintas formas de participación feminista y de géneros, junto con gobiernos de centro izquierda posicionaron a los cuidados como tema de agenda política nacional e internacional, es por eso que revisar una nana tan popular permite acercarnos el debate y materializarlo.

Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo, negrito… Te va a traer codornices para ti, te va a traer rica fruta para ti, te va a traer carne de cerdo para ti. Te va a traer muchas cosas para ti… Y si negro no se duerme, viene diablo blanco y ¡zas! le come la patita, ¡chacapumba, chacapún…!

La popular canción de cuna que todes hemos cantado alguna vez, de autoría anónima y que se discute si viene de la frontera entre Colombia y Venezuela o de la isla de Cuba, no sólo da cuenta del extractivismo y la explotación a pueblos originarios y afrodescendientes producto de la conquista, también nos muestra a las mujeres históricamente trabajando en condiciones de desventaja y garantizando los cuidados.

Trabajando, trabajando duramente, trabajando sí, trabajando y no le pagan, trabajando sí, trabajando y va tosiendo, trabajando sí, trabajando y va de luto, trabajando sí, pa’l negrito chiquitito, trabajando sí, pa’l negrito chiquitito, trabajando sí, no le pagan sí, va tosiendo sí va de luto sí, duramente sí.

La madre del negrito trabaja en la enfermedad, en el luto y sin salario porque las mujeres trabajamos desde siempre y, aunque hemos accedido a los trabajos formales recién en el siglo XX adquiriendo visibilidad, las distancias siguen siendo muy amplias para acceder a los lugares de poder, de toma de decisiones, de mejor remuneración o empleos de mayor calificación.

El negrito es hijo de una madre que trabaja en el campo, y es otra mujer la que lo cuida hasta que su mamá regrese, la canción no necesita decir que se trata de una mujer, todes sabemos que quien cuida es una mujer. Y todas sabemos que esas mujeres son negras, como son migrantes, indígenas y mujeres marrones y negras quienes en su mayoría realizan las tareas de cuidado rentadas en la actualidad. La nana suave para dormir bebés ratifica que los cuidados históricamente lo hemos desarrollado exclusivamente las mujeres, que en la canción puede ser su hermana, su abuela, su tía o una compañera de la comunidad.

Hoy los cuidados definen esas tareas que representan la organización de la casa tales como elaboración de todas las comidas del día; el cuidado de niñez y adolescencia; su acompañamiento escolar y otras actividades; limpieza y provisión de insumos; cuidado de personas con discapacidad y/o personas mayores; y la organización de asistencias médicas o de otra característica que requieran, entre las otras múltiples tareas. Los cuidados, aunque hace tiempo son parte de las agendas de géneros, recién se han incorporado en las agendas políticas nacionales y de los organismos internacionales gracias a las alianzas de los movimientos de mujeres, géneros y feminismos con gobiernos de centro izquierda, para que el Estado entienda que en los cuidados subyace un importante foco de desigualdad para las sociedades.

Es trabajo no remunerado, no es reconocido socialmente y es llevado adelante por mujeres afectando las oportunidades de acceso y formación; de experiencia laboral; de acceso a puestos jerárquicos y calificados; de participación política y social; y de desarrollo cultural. “Las que cuidan son las mujeres, las que no trabajan por cuidar son las mujeres, las relaciones de género reproducen socialmente la pobreza en los sectores populares”, dice Virginia Franganillo desde una mirada económica.

Las mujeres dedicamos mucho del tiempo del día al trabajo en el ámbito del hogar, alrededor de 6 horas a diferencia de los varones que dedican cerca de 2, según mediciones de INDEC. Los cuidados representan tiempo y trabajo que no se traduce en salario y se complementa con la dependencia económica, trabajo informal y largos períodos de desempleo, porque hay que garantizar los cuidados antes de incorporarlos al sistema laboral.

Hace pocos días en Chile —en un Chile también en deconstrucción—, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de Naciones Unidas acordó con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Nación llevar adelante un mapeo federal sobre los cuidados para tener un buen diagnóstico sobre las desigualdades que nos atraviesan a las mujeres y diversidades para la realización y el derecho de las personas a la autonomía.

Una vieja canción de cuna nos acerca a un concepto que aunque actual, define una práctica histórica muy arraigada en nuestras culturas que debe abordarse desde el Estado, primero reconociendo las desigualdades y luego redefiniendo las estructuras sociales hacia ciudadanías más igualitarias.

*Laura Iturbide es politóloga y docente universitaria (UNRN).

Fuente: Cohete a la Luna

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